Cuando hablamos de almacenes hacemos referencia a un concepto que ha ido mutando y evolucionando con los años y que hoy apunta a aquellas unidades que forman parte de la estructura funcional de una compañía tanto industrial como comercial. El almacén es un elemento clave dentro de la empresa y no solo provee todo lo necesario para el manejo de los inventarios sino que puede llegar a incluso producir un valor agregado extra.
La importancia del orden en el almacén
Como bien les contamos al iniciar el artículo, hoy cuando se habla de un almacén dentro del mundo de la logística se hace referencia a una estructura más que compleja con diferentes procesos y momentos involucrados y que, bien gestionados, pueden llegar a generar valor agregado al producto.
Para que un almacén pueda funcionar como corresponde y resultar eficiente es fundamental que se cuente con un orden determinado, con una cadena de acción y que se lleven adelante estrategias de gestión de almacenes especiales para cada caso en particular. Para que todo esto se pueda lograr, es fundamental conocer cuáles son las zonas de este tipo de espacios y cuál es la finalidad de cada uno:
- Recepción. En este lugar se llevan adelante todas las actividades vinculadas al proceso de recepción.
- Stock o reserva. Este sitio es el especialmente destinado para los productos almacenados en cuestión. Cada almacén deberá adaptarse completamente al tipo de mercancía que se reserve allí, dedicando incluso espacios o zonas específicas para productos dependiendo de su naturaleza: mercancía especial, productos en estado de devolución, entre otras.
- Este es el espacio destinado a la “preparación de pedidos” y es donde se almacena todo aquello que viene de la zona de reserva y que debe ser preparado para ser expedido.
- Verificación o salida. Aquí se producen efectivamente las expediciones de los productos y se realiza una inspección final del producto.
- Son espacios que se destinan únicamente al paso tanto de las maquinas como de las personas que circulan por el almacén.
- Aquí se ubican las zonas destinadas a los trabajadores auxiliares a toda operación propia del mismo almacén.
Los beneficios del control de inventarios
Entre los distintos factores que inciden de manera directa en el desempeño de los almacenes tanto comerciales como industriales, el control o gestión de inventario es el que más influye a lo que hace a la administración y al orden del lugar. Llevar adelante un buen sistema de control del inventario posee ciertos beneficios que vale la pena mencionar:
- Mejora la calidad del servicio en cuanto a la atención al cliente ya que minimiza las perdidas en ventas hechas con falta de stock.
- Permite que identifiquemos cuales son los productos de movimiento lento o que están estancados, para así elaborar estrategias de venta.
- Gracias a que nos permite hacer una mejor planificación, se reducen todo tipo de costos, incluyendo los fletes.
- A través del control de inventarios de manera prolija podremos reconocer cuando existan robos o faltas de mercancía.